LANZAROTE

Y parece pues, que llegó el momento,
que llegó la hora...
Y parece pues, que su sol me envuelve,
que me quema el alma...
Porque fuego soy, soy la lava...
Y parece pues, que ya estás allí, 
por lo tanto, viajero,  escucha la voz de la Isla.

Si las olas  te mecen, déjate querer y que el mar
recorra tu cuerpo sin frenarlo.
Deslízate pues, como si no quisieras mojarte...
Siente la espuma que revitaliza tus poros...
Mira la vida que te ofrecen sus colores...

Si el viento te habla, escúchalo!...
Deja que te susurre al oído y que acaricie tu cuerpo.
Siéntete pues como la espada afilada que corta el aire
antes que la cabeza.
Pero no pierdas la tuya...

Si la tierra te abrasa, quemando tus pies, písala dulcemente,
se cuidadoso, volátil, ligero...
Sabedor pues de que el buen corredor no deja huellas.
Que es silencioso.

La lava, el polvo, la luz, el viento, el mar es tierra sagrada...
Respétala pues, su nombre es Lanzarote.