Wednesday, September 09, 2015

PERFORMANCE


Cuando se habla de rendimiento en el triatlón, no se pueden hacer oídos sordos a la tecnología asociada al deporte. A los datos, a las medias, las estadísticas, parámetros y valores que se registran en cada uno de los gadgets que el triatleta emplea en el día a día.
Megabytes y gigabytes de información en forma de datos y gráficas que se usan para analizar cada instante de la sesión, cada momento importante, cada punto clave.
En ocasiones sucede, que el volumen de información es tan grande que apenas se es capaz de asimilar o sacarle partido a una ínfima parte del total que, además, a pesar de ser la más llamativa, resulta ser la que menos información objetiva nos aporta.
Suele pasar que el triatletas, en la vorágine de su "way of life" bastante tenga con poder encadenar y encajar las sesiones de entrenamiento de una forma más o menos organizada y con cierto equilibrio, compatibilizándola con el trabajo, las obligaciones de cualquier tipo, la familia, los amigos, etc...
Cuando hablamos de triatletas entrenando distancia Ironman..., todo lo anterior se magnifica, ya que el tiempo dedicado a la práctica deportiva es mucho mayor que otro que "solo" corre sprints u olímpicos...
Bien es cierto que una parte de los triatletas "de larga", disfrutan de un estatus de vida que facilita la inversión en tiempo para los entrenamientos, siendo estos quienes, tiempo atrás, invirtieron parte de su vida para conseguir ese estatus que ahora les permite disfrutar de mayor cantidad de tiempo para entrenar.
Cada uno es el protagonista de la película de su propia vida y actuando de una forma u otra, conseguimos que la trama de la misma tenga un desenlace acorde a lo que invertimos.
Pero no van por ese lado mis tiros en este post, que quiere hacer un simple análisis de lo que es el rendimiento vs las horas de entrenamiento invertidas y los medios materiales empleados para ello.
Últimamente repito mucho la frase : -El triatleta Ironman es muy egoísta, porque solo piensa en sacar sus propios entrenamientos. En salvar sus muebles.
Quizá sea por ello que es complicado que triatletas de larga compartan más sesiones en grupo, ya que su disciplina deportiva les empuja a poner la cruz en el programa semanal, a clicar la tabla de excel, a respirar tranquilo porque han cumplido con lo mandado...
Pero metidos ya en la dureza de todo lo que supone preparar un Ironman, parece que lo que al final solo importa es la velocidad media en la bici, o nadando o corriendo.
Existe un parámetro que emplean los entrenadores y que ningún equipo electrónico es capaz de medir, y es la sensación de esfuerzo percibido.
Algo que a simple vista parece subjetivo, si se relaciona con valores como la FC, la potencia, la frecuencia de pedaleo, de zancada, etc, nos puede dar información objetiva de cómo progresa el triatleta y de cómo va asimilando las diferentes cargas.
Cuantos más datos tengamos, mejor se podrá evaluar el progreso y el rendimiento, pero como muchas cosas en la vida, a veces mucho, es peor.
Si no se dispone de la formación y conocimientos necesarios para interpretar ese volumen de información, lo único que se consigue es saturar nuestros dispositivos electrónicos de datos que no se usan.
Es por ello que cuando uno invierte dinero (normalmente mucho), en un equipo que es capaz de medir cosas como la frecuencia de zancada al correr, o la inclinación del cuerpo, el tiempo de contacto del pie en el suelo, la oscilación vertical del cuerpo, la potencia desarrollada en cada pierna mientras se pedalea, etc, etc, lo normal es que a todo eso se le saque un mínimo de aprovechamiento.
De lo contrario malgastamos el dinero que tanto nos ha costado ganar.
Ahora bien, muchos triatletas que se consideran "frikies" o "flipados", son capaces de explotar todos los beneficios que la ciencia y la tecnología pone de su parte, midiendo hasta el detalle más irrelevante, el gramo más insignificante o la prenda deportiva más aerodinámica.
Ellos mejor que nadie disfrutan frente a la pantalla de una computadora regocijándose entre tablas, gráficas y estadísticas.
Hasta aquí bien. Parece que hemos definido a dos tipos de triatletas, el primero lo podemos denominar el "hombre media", porque se limita a un porcentaje de información reducido y que bien podría obtener con un equipo cinco veces más barato.
Luego tenemos al triatleta de la información, "hombre terabyte", que cuida mucho la parte científica de sus sesiones para poder mejorar y mejorar. Este último explota al 200% la capacidad de su equipo, llegando al punto de poder hacer cosas que ni el fabricante conoce.
Ambos tienen en común una cosa que es innegable: ir más deprisa...
Con toda esta ayuda tecnológica y nuestros entrenamientos realizados, ya solo resta que nuestro organismo se recupere del esfuerzo y se produzca esa deseada compensación o supercompensación, que no es más que el proceso de adaptaciones que realiza nuestro cuerpo tras haberle solicitado un esfuerzo.
Si buscamos rendimiento, debemos ser conscientes que en el momento en el que salgo del agua, me bajo de la bici, termino de correr o de entrenar en el gym; justo en ese momento nuestro objetivo no debe ser otro sino este: la recuperación.
Piedra de toque, angular, talón de Aquiles, caballo de Troya, etc, que permite que el trabajo recién finalizado vaya a buen puerto, así como que rápidamente se restablezcan todos los parámetros para afrontar el próximo entrenamiento.
Y el punto donde quiero llegar es precisamente ese, ese momento que el triatleta A y B, a pesar de su tecnología, programación detallada, motivación por las nubes, etc, va y la jode...!
Y por qué lo hace?
Volvemos al punto de la famosa vorágine, del correr contra el reloj, de la locura diaria..., esa que no somos capaces de programar con la misma precisión y dedicación que el entrenamiento.
Esa que dejamos a la improvisación y al "echar balones fuera", metiendo en el cuerpo cualquier cosa que pillamos a mano.
Los hay incluso que tiran de sandwich de máquina para reponer una sesión dentro de la programación de un Ironman.
El "brebaje milagroso" es una herramienta muy práctica y de efecto casi instantáneo, además de muy práctico y fácil de preparar y tomar en cualquier parte, pero la gente no termina de entender (o no quiere hacerlo...), que el batido recovery es solo el primer elemento de la cadena de la recuperación, y que no tendrá el efecto deseado si no se ingieren alimentos "de verdad" en cantidad y variedad adecuada al esfuerzo.
Se piensa que solo hay que "refill" el "tank" cuando lo dejamos prácticamente seco, siendo esta conclusión errónea.
Aparte de la comida, obvia decir que la hidratación va de la mano, ya que si no se reponen los líquidos perdidos, los tejidos no podrán volver correctamente al estado inicial durante el descanso.
Hidratar con litro y medio de cerveza no vale. Lo diga quien lo diga, porque el alcohol contenido en la misma, tiene un efecto contrario a la hidratación. Sí, el alcohol deshidrata!
Así que creo yo que es un dato a tener en cuenta cuando tras un mega entreno de cinco o seis horas, me tomo mi recobre y luego me voy con los colegas de cerveceo y tapas.
La primera cerveza entra sola (normal! estamos secos!) y luego pierdo la cuenta a partir de la quinta.
La conclusión final de todo esto no es más ni menos, que hay que ser consciente de que si lo que se busca es el aumento del "performance", no debemos enfocarlo solo en uno de los puntos, descuidando otros tan importantes. Solo así podremos comprobar que nuestro cuerpo se adapta correctamente a los estímulos que son introducidos con el entrenamiento.
Si se hace bien, no debe haber mayor problema en disfrutar de una cerveza o dos cuando "todo" el trabajo está hecho.
Así es como lo veo yo.
Y tú como lo ves pues?

No comments: