SEYCHELLES

Apenas parece que ha pasado el tiempo cuando llegué a estas islas.

Un año quizá?

Puede que algo más, pero no mucho…
La temperatura agradable te da la bienvenida mientras sorteas el rosario de islas de las 155 que forman este espectacular archipiélago, hermoso, único y exclusivo.
Porque si de alguna forma puede describirse este entorno, es con esas dos palabras: belleza exclusiva…
Lejos de todo, del Mundo, del ruido, del caos y de las prisas.
Lejos del estrés, de las obligaciones y de la lucha constante contra el reloj y la rutina que, algunas veces, parece que no nos permite vivir la vida.
Y es que de eso sabe mucho la gente de este lugar, de vivir la vida.
El verde exuberante que todo lo cubre y que moja los pies en la misma orilla de blancas arenas alientan a querer llegar a cada una de las rocas de negro granito que consiguen descrestar entre la espesura de una jungla fresca.
Caminos y senderos que invitan a interaccionar con la naturaleza.
Playas y calas de ensueño… Casi perfectas…
En esta ocasión espero volver a disfrutar de lo que ya conozco de mi anterior estancia, hacer deporte en un entorno privilegiado…quizá dedicarme algo de tiempo a mirar en mi interior y tratar de meditar eso que solemos llamar nuestras cosas. Porque la búsqueda de la paz interior, del sosiego del espíritu, del relax de la conciencia, es casi tan necesario como el descanso, la comida o el entrenamiento exigente.
Y no!, no me he comido ninguna seta alucinógena, ni se me ha ido la cabeza entre los mamparos de este buque, tan solo es que es muy difícil no hacer examen de conciencia cuando tus ojos contemplan semejante belleza.

Belleza exclusiva pues!