Monday, October 06, 2014

PLANTEAMIENTOS ARRIESGADOS

Cuántas veces no han pasado ideas y pensamientos por nuestra mente, causando turbación y desasosiego, esforzándonos en almacenarlos en algún rincón de nuestra cabeza para que dejen de incordiar.
Cuántas veces pues?
Con ello (al esconderlas) tan solo conseguimos retrasar el hecho de enfrentarnos a nuestros fantasmas, a nuestros temores o al simple hecho de tener que tomar decisiones comprometidas de las cuales podemos salir no muy bien parados.
Igual sucede durante el desarrollo de una prueba deportiva, que bien podría ser un Ironman donde hemos podido tener alguna sensación que nos empujaba a apretar, pero por otro lado manteniendo la decisión de no arriesgar demasiado y quedarnos sin nada.
En estos deportes de ultradistancia y ultraresistencia, lo antes mencionado forma parte de lo que se denomina la estrategia de carrera y está claro que el componente de riesgo es necesario si se quiere obtener algún beneficio.
Todo esto puede ser algo que nos encontremos en el día a día y fuera de todo ambiente deportivo, lejos de la competición, de estrategias y de planes de nutrición.
Y no estoy hablando de decisiciones cotidianas del día a día en la que la tesitura puede estar sen si me pongo la camiseta de Spiderman o la del Capitán América.
Me estoy refiriendo a decisiones que impliquen cambios, que nos desplacen dentro de la geografía, que nos sacudan en la calma de nuestra rutina, que conlleve la separación de la familia o el cambio de lugar donde uno vive.
No es cuestión de tomar decisiones a la ligera, sin pensar, sin valorar pros y contras de lo que podemos ganar o perder, de lo que podemos influir en la vida de los nuestros, pero tratando de mantener la lealtad para con nosotros mismos, nuestra propia vida, nuestro devenir en la vida.
Puede parecer un planteamiento puramente egoísta y probablemente lo sea, pero siempre he pensado que debemos tratar de mantener nuestro propio espíritu individual a pesar de que formemos parte de un grupo llamado familia.
Llevo tiempo ya pensando en la posibilidad de volver a lo de antes, a mi anterior destino, donde conseguí todo lo que soy hoy día a nivel profesional.
Esa forma de vida es algo que nunca ha cesado en mi interior y es que en el fondo, por muy bien que me haya tratado el cambio, siempre he pensado que vivo en un mundo que no me pertenece.
Y como muchas cosas en la vida, cuando uno decide, asume.
Asumir pérdidas en contrapartida de obtener eso que me falta.
Difícil dilema que se me antoja de complicada solución.
Veremos pues qué pasa.
O qué hago que pase. 

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