Saturday, August 09, 2014

REGRESO

Es complicado volver por aquí y hacerlo con la frescura de los recuerdos casi tangibles, con el zumo corriendo por la comisura o los brazos aún mojados por esa lluvia fresca y fina.
Los sentidos del ser humano son los que permiten que este interactúe con el medio, dejando después una serie de recuerdos que permanecen en nuestra memoria hasta que el tiempo y nuestra inevitable dirección hacia la entropía terminen por borrarlos definitivamente.
La vuelta a la rutina quizá y la necesidad de retomar los quehaceres del día a día pueden haber sido motivo de peso para que abriera nuevamente la última página de este mi rincón de letras y pensamientos. Sin esa necesidad que casi nos hace súbditos de la tecnología y del mundo-media, donde el GPS y la App casi controlan nuestros sentimientos y la forma en que ahora solemos expresarlos. Emoticonos, caritas sonrientes y pulgares arriba que no quitan su importancia a los "I like" que tanto queremos acumular.
Leemos una noticia, preparamos una tarta o simplemente hemos disfrutado de una carrera increíble bajo la lluvia y el viento y queremos compartir con nuestros "amigos" esa explosión endorfínica que nos mantiene extasiados.
Fotografiamos nuestros relojes de última generación para demostrar a nuestros "amigos" que nuestros parciales son increíbles, nuestro viaje es alucinante y remoto o que nuestra hija ha sacado todo sobresaliente.
No vivo de espaldas al empleo de las redes sociales, pero reconozco que es complicado encontrar el equilibrio lógico en su empleo.
Por otro lado sin embargo, ha establecido tantos puentes de unión entre personas distantes y sin capacidad para ese trato físico y cercano, que no veo que haya que demonizar y erradicar el nuevo mal de nuestra fría sociedad.
El abrazo, el beso, la cerveza o el café con ese "amigo" no puede reproducirse con ninguna App. Ni siquiera el Universo Mapple puede.
Al menos de momento...
La aventura que vivimos en Huesca este mes de Julio tuvo nombre propio: MAYENCOSMAN226 y nació, en primer lugar, en el esfuerzo desesperado de no desprenderse uno de ese sueño forjado con esfuerzo, para posteriormente dar paso a la fuerza de la ilusión de las personas.
Escribir una crónica de la prueba días después de haberla corrido no hubiera sido algo objetivo, máxime estando bajos los efluvios etílicos de respirar el aire del Pirineo y de sentir el arropador abrazo de los Mayencos.
No es la primera vez que comento por aquí que en las pruebas y carreras, mejor que el circuito de la misma, la bolsa del corredor, la camiseta de finisher o el premio, siempre cobra un valor relevante, especial e inigualable el factor hombre. La parte humana.
Aquellos con los que compites, los que rivalizan o los que sacrifican su tiempo para que otros disfrutemos con todas las garantías.
Algunos Mayencos me eran desconocidos en su esencia física, otros no.
Ninguno me decepcionó.
Todos me impresionaron y por ello me cautivaron.
Una vez más..., poniendo de manifiesto que vivir ligado a estas gentes y esta comarca es algo positivo, enriquecedor y necesario en mi persona.
Algo que necesito sin duda alguna.
Sentirte en deuda permanente con ellos por el hecho de no pasar la misma cantidad de tiempo que juntos comparten , el sentimiento de culpa por pensar que forzamos una prueba a expensas de su día a día y la inevitable sensación de tener que demostrar cosas que nadie nos exige, me hizo plantearme el reto unas horas antes.
No fue miedo, no.....
No fue por dudar de mi capacidad, no por no querer comprometer otros objetivos, sino porque, al menos en mi caso, me importa lo que piensen de mi las personas que aprecio.
Sin nervios y con mucha tranquilidad nos concentramos en el Embalse de La Sotonera, idílico mar dulce y tranquilo a los pies del Pirineo, desde donde la posibilidad de enlazar diferentes entrenamientos y pruebas de triatlón no pasa desapercibida a los ojos de cualquiera que disfrute con este deporte.
Luis Manzano con su currículum deportivo y su capacidad profesional para el asesoramiento y control de deportistas, adquiere un papel relevante al ser quien estudia y propone los recorridos y un poco la organización de la prueba que otro Luis Escalante bautizó con el nombre de Mayencosman226.
La oficialidad al evento se la pusieron dos deportistas de Mayencos, nuestro presi Luis Lardiés y Michel. El primero no solo tiene una cana por cada kilómetro recorrido y disfrutado bien sea a pie, en bici, nadando, esquiando o en la montaña, sino que estoy seguro que, cada una de ellas guarda un incontable número de experiencias y vivencias inolvidables.
De Michel es difícil hablar porque estoy seguro que siempre me quedaría corto en los elogios.
Nuestra campeona Chus no solo me animó con su dulce voz, sino que tiró de mi maltrecho cuerpo durante algunos kilómetros a pie, junto con Fernando que es la imagen de la ilusión por hacer muchas cosas. Juan, con su experiencia, veteranía y paciencia también me ayudó a digerir algunas de aquellas rectas en Torralba de Aragón.
David Recio demostró con hechos que la juventud viene arrollando con todo su poderío.
Raquel, que nos abrió las puertas de su casa para acoger a los míos como suyos sin desfallecer en sus ánimos.
El agua de María...
No solo Luis y yo afrontamos esos 226 kilómetros, sino que otros adaptaron las distancias en función de sus objetivos, lo cual no quita que durante ese día hubo un grupo de Mayencos tirando en una misma dirección...
Haciendo lo mismo, lo que nos gusta..., y haciéndolo juntos.
La natación fue muy placentera y relativamente tranquila, ya que tampoco puede decirse que los entrenamientos tras Lanzarote fueron de lo mejor.
Discrepo de mis amigos que afirmaron que yo había nadado algo más de 4.000mts, a pesar de que sus Garmin de última generación así lo indicaban. Y lo digo porque el tiempo que invertí fue de 01:10:00, que es lo que tengo horquillado para esos 3.8kms.
Sin esa presión propia de la competición o el draft que otros nadadores pudieran haberme ofrecido, dudo que hubiese nadado más metros en ese tiempo.
Hacemos una transición con los ánimos de Fer, Chus, Michel, Hellen y Elo. Una transición sin prisas pero si con el planteamiento de "vísteme despacio que voy con prisas".
Salimos juntos y poco a poco nos vamos espaciando, respetando la distancia legal entre triatletas.
Salimos fuerte, muy fuerte y creo que ese planteamiento inicial se debía en parte a la explosión interior que sufrimos ante la cancelación de la prueba de Monegros.
La velocidad es alta, nuestros amigos nos siguen con la furgo y nos graban y fotografían como si fuéramos pros.
Siento que debemos pagarles con algo de espectáculo y lo hacemos como sabemos, dándolo todo...
El terreno es de constantes toboganes y largas rectas, muy divertido, muy bonito.
Subimos una especie de minipuerto de unos 2kms que nos mete en una zona de pinares fresca, para enlazar con una bajada muy disfrutona.
Mi alegría aumenta por momentos al ver que el circuito elegido es tan bonito y exigente, por verme "compitiendo" allí, con mis Mayencos y en semejante paraje.
Tras pasar el pueblo de Ayerbe y en unas rectas inmensas, casi sin final, compruebo que no soy capaz de ir cómodo estando acoplado. Empiezo a subir piñones cruzando totalmente la cadena y siendo incapaz de mantener una cadencia aceptable.
No entiendo qué es lo que sucede. Vamos pegados al asfalto y me veo obligado a sacar el plato y buscar un desarrollo mucho más cómodo, hasta que acabo con todo metido y siendo consciente que el efecto visual de las largas rectas evita que vislumbres como el terreno va ganando altura sin parar.
Sin ser algo parecido a un puerto de montaña, ese tramo del circuito se me hizo el más duro sin lugar a dudas.
Pero si algo hubo que mitigara el esfuerzo, sin duda fue la presencia permanente del Castillo de Loarre, que te transportaba al medievo o incluso a lugares como los narrados por Tolkien en sus novelas..., Mordor, La Tierra Media, Isengard, Minas Tirith...
Nuestros Mayencos seguían a pie de carretera ofreciendo el avituallamiento, hasta que posteriormente fuernon relevados por Luis.
Segunda vuelta a este circuito de 70kms.
Algo más de calor a medida de que el día se iba estirando...
Igual de hermosa.
Igual de exigente.
Rodamos por carreteras donde en más de una hora no me crucé con coche o persona alguna. Atravesando pueblos minúsculos y pintorescos.
Estamos en la Hoya de Huesca y sopla algo de aire, que no viento.
Aire que que poco a poco se intensifica para cuando hemos llegado a Almudévar y donde se debe realizar dos veces un bucle que permite completar la distancia de los 180kms.
Luis me da alcance con la moto y me anima...
El segtmento ciclista se hace notar, pero este último tramo llano es el que nos conduce hacia la Comarca de Los Monegros.
Cuando veo el cartel que así lo indica, levanto mi puño y lo agito al cielo como diciendo que sí!, que estoy en Los Monegros haciendo un Ironman.
Es emocionante.
Llego a Torralba de Aragón y en casa de Luis donde nos espera el grupo para realizar esa transición y comenzar una dura maratón.
David me ha esperado y compartimos 20kms de los que poco a poco mi ritmo se va apagando como la llama de una vela que se agota.
Luis Escalante se ha incorporado al segmento de carrera y ya estamos todos metidos en pleno desafío.
Michel no para de fotografiar y grabarnos.
El resto se turna para acompañarnos y ayudarnos en esos kilómetros que empiezan a hacer mella física y que convergen en una reducción de la velocidad.
Durante una de las vueltas me quedo solo. Me siento vacío completamente, desfallecido y adormecido por el cansancio.
Cada paso por el avituallamiento es una pequeña fiesta que explota con gritos de ánimo, agua fresca que nos remoja y refresca...
El último bucle de 2.000mts lo hago con Luis Manzano, que poco a poco me "pincha" para que apriete y aumente la velocidad.
No entiendo qué fue lo que pasó pero llegué a rodar a 04:15/km en esa última parte, haciéndolo sin gran esfuerzo aparente.
Último aliento? cartucho en recámara?
Llegada a meta al más puro estilo Ironman...
Besos y abrazos a todos.
Poco después llega Luis Escalante y nos fundimos en un abrazo.
Creo que la imagen y la esencia de la misma, resume lo vivido.
Mi rendimiento deportivo en la prueba fue bastante mediocre, por aquello de no autoflagelarme y denominarlo como malo, pero bien es cierto que no se compite en igual de condiciones en una prueba organizada así, como cuando uno lo hace bajo el paraguas de una franquicia u otra prueba oficial.
No trato por ello dar respuesta al bajo rendimiento, ni mucho menos, ya que el camino seguido tras Lanzarote es reflejo fiel de cómo se iban a desarrolar los acontecimientos.
De la experiencia personal podría escribir sin cansarme durante una semana seguida y estoy seguro que aún así, me dejaría muchas cosas en el tintero.
Del análisis científico de los resultados de la prueba sí que puedo comentar algún detalle que espero tener presente ante futuras calentadas:
-Plantear y entrenar dos pruebas Ironman en una misma temporada es algo que debe valorarse bien y ejecutarse mejor en cuanto a su planificación. Algo que se complica de manera exponencial si aumenta el número de pruebas de esta distancia en una misma temporada. La idea de acometer un triatlón de esta distancia con el objetivo de "simplemente" ser finisher, no es algo que deba tomarse a la ligera ni una opción viable para mi.
-Puedo confirmar tras este MAYENCOSMAN226, que mi nivel de carrera a pie ha sufrido una importante merma, ya que  las últimas maratones corridas, bien de forma aislada como dentro de un iRONMAN, han sido realmente malas.
El hecho que destaco es que tras llevar un determinado número de kilómetros, sufro una especie de apagón energético que me impide correr a ritmos aceptables, haciendo que estos mismos sean realmente lentos.
Algo así me pasó en Lanzarote y en Sevilla, siendo incapaz de revertir ese estado semi letárgico que ha propiciado que me hundiera en el crono.
Nunca he sido bueno en nada ( me refiero a nivel deportivo ), pero mentiría si no dijese que de los tres segmentos, el que mejor se me ha dado siempre ha sido la carrera a pie.
Comenté este hecho recientemente con Ale y me aportó la visión de que, quizá no es algo físico lo que debo buscar, sino algún factor psicológico que me "acomoda" y evita que corra de forma más eficiente. Si rebovino la cinta y vuelvo a esos 2 últimos kms en Torralba, creo que su hipótesis se confirma, ya que al igual que él, estoy de acuerdo en que un cuerpo exhausto y agotado no tiene esa capacidad de ponerse, de buenas a primeras, a esos ritmos.
Tocará trabajar en ello y mirarse bien dentro para poder dar solución a este problema (suponiendo que lo sea).
Tras la prueba vino el premio en forma de montañas, de Jaca, de más Mayencos y como no, del reencuetro con Cris, Carlos y la pequeña princesa de los ojos claros.
Nuestra estancia allí, lejos de la pomposidad o de actos o hechos relevantes, fue increíble.
Espero que tengan que pasar otros cinco años para volver.

Si vuelvo a retomar el post que hablaba sobre la culpa, toda esta experiencia no estuvo exenta de ella, ya que a cada momento que vivía mi inmersión Mayenca y la disfrutaba, esta primera aparecía para recordarme que ese sentiminto, de alguna forma, traicionaba a mis amigos del Sur que tanto me dan en el día a día.
Creo que la complejidad del ser humano, en ocasiones no puede frenar este tipo de impulsos...
Si es verdad, por otro lado, que cada metro nadado, pedaleado o corrido, tuve en mi mente a estos amigos, recibiendo a cada poco los ánimos que me transmitía Elo de sus parte.
Sin duda alguna, la energía invertida en este desafío vino de allí, de Cádiz y más concretamente de San Fernando.
A todos gracias.

Hala pues!
 

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