Wednesday, December 25, 2013

THERE'S MORE...

Hay más cosas, muchas más.
Aunque a veces es difícil ver algunas porque otras las tapan.
Hay mucho más, tanto que nos cuesta discernir qué es lo que queremos en cada momento.
Tanto hay en nuestro entorno y tan diferente entre si, que nos vemos rodeados de una gran variedad que nos embriaga con diferentes colores, aromas y sabores.
Y es que hay tantas cosas que nos gustan que es verdad de que , al menos yo, me asusto de quererlas todas y no poder disfrutarlas.
Hay tantos libros libros en el mundo y tan poco tiempo para leerlos todos.....
Está claro que debemos tener claras nuestras elecciones para no errar y malgastar eso que tan poco controlamos. Nuestro tiempo.
Y en esta constante búsqueda del placer y de , ¿por qué no decirlo?, de la felicidad personal, me doy cuenta de que hay mucho más allá del triatlón, mucho más que Ironman.
Resulta curioso que los últimos años mi vida, de una forma u otra se ha regido por las fechas de las pruebas Ironman y el consiguiente entrenamiento para llegar a las mismas con muchas ansias de superarme, de superar a los posibles rivales y creo que también de saciar mi ego.
No cabe duda de que ha sido algo elegido libremente y sin presión externa, en todo caso, la única presión ha sido aquella que yo me haya impuesto.
No desmerezco lo realizado porque sería como si no valorara o respetase lo más elemental de mi ser, pero es bien cierto que últimamente si pienso mucho sobre esto de ser capaz de controlar mi propia vida y de ser realmente yo quién dirija el rumbo de la nave.
Desde el conocimiento y convencimiento pleno de que muchas elecciones y caminos a seguir requieren de esfuerzos, pudiendo ser estos considerables, creo que he llegado a ese punto donde intento sacar más provecho de cómo lo  realizo, en lugar de lo que deseo realizar.
No se si me explico o si se entiende bien hacia dónde quiero dirigir mis palabras.
Desde que retomé el triatlón y empecé con los Ironman, dejé de lado una de mis mayores pasiones, la montaña y con ello su versión más hostil y hermosa, la montaña invernal.

Mi empeño en perfeccionar aquello que comenzaba me ha hecho renunciar casi de forma irrevocable a realizar mis salidas a esquiar, escalar, hacer corredores, etc.
He descuidado con ello mi técnica y mi soltura en el manejo de equipo específico y material, así como mi condición física en altura, mi umbral de sufrimiento, mi resistencia al frío, etc.
Quizá es por ello que casi sin planearlo, sin pretenderlo me haya visto metido en tantas pruebas de trail running, siendo quizá una especie de mensaje subliminal para que abra los ojos o simplemente consiga alzar la vista y contemplar qué nos sorprende tras la siguiente línea de crestas.
Y es por ello que esta temporada, donde me encuentro en ventaja por la experiencia acumulada, donde cuento con la ayuda de un entrenador, donde me enrolo en un proyecto común con otros deportistas que comparten conmigo sus experiencias, ánimos y frustraciones, donde la ayuda de algunos amigos con sus seminarios técnicos complementan mi formación deportiva.....y sí!, ahora que parece que lo tengo todo a mi favor, existen cosas que me impiden cerrar los ojos y dejarme llevar por toda esta corriente.
Tengo la fortuna de poder dejar a mis hijos en casa y salir a entrenar porque son mayores para ello, pero no tanto como para dejar que resuelvan sus propias dudas, sus trabajos escolares, etc. No necesitan mi cuidado pero si mi tutela para ayudarlos a estudiar.
Todos en casa estudiamos, hacemos deporte y hacemos cosas que nos gustan. Muchas comunes pero otras tantas diferentes, con horarios diferentes y objetivos dispares.
Evidentemente cada cual tiene derecho a disfrutar y para que todo sea armonizado, todos debemos hacer sacrificios y concesiones.
Me resulta extremadamente difícil seguir la planificación de los entrenamientos a rajatabla, respetando los días y el orden de las sesiones. También es muy complicado realizar cada metro o km de la forma indicada.
Me resulta muy difícil poder nadar lo necesario y dedicar el tiempo que necesito a mejorar mi peor segmento deportivo. El cierre de la piscina de la Base ha sido un jarro de agua helada.
Los cambios en el trabajo hacen muy difícil poder entrenar como hasta ahora, contemplando como las horas del día se agotan sin tener cumplidos los "deberes".
Y madrugar no siempre vale.
Se puede madrugar un poco siempre, o muchísimo de forma ocasional. Y por mucho madrugar no hay piscinas abiertas para nadar. Ni puertos de montaña iluminados.
Ahora más que nunca cobra más valor y más importancia aquello de disfrutar de cada entreno, de cada metro, cada sesión, etc. Ahora más que nunca debo ser consciente de que el camino no es tan llano y que es realmente importante ser sincero conmigo y realmente disfrutar con aquello que hago.
Por todo esto, mis objetivos en cuanto a rendimiento deben ser sensatos y ajustados a mis capacidades reales y no a mis propósitos o deseos.
Ahora más que nunca debo tener los pies sobre la tierra, o al menos tres agarres firmes en esta pared desplomada de la vida, donde antes de dar el siguiente paso y seguir ascendiendo por la  roca vertical que nos desafía, necesitamos tener bien claro qué presa asir.
Si no lo hago así tengo muchas papeletas para caer y con la caída tirar por tierra esfuerzo y sacrificio no solo personal, sino de aquellos que están próximos a mi y que directa o indirectamente se ven afectados por mis decisiones.
No puedo afirmar de manera rotunda que empiezo a despegar y a sentirme físicamente bien y pletórico de cara a rendir en los entrenamientos o las competiciones que realizo últimamente, como fue la pasada media maratón Pirata que organizó Ale y que nos brindó un espléndido día soleado y cálido como preámbulo a la ciclogénesis de la Navidad. No me fue posible realizar la carrera a los ritmos que tenía pensado y es que probablemente no tenga la maquinaria a punto aún.
No pasa nada!, las cosas no son siempre A ó B, ni blanco o negro, debiendo dejar tiempo a que nuestro organismo asimile y realice los cambios y adaptaciones necesarias para hacerse más fuerte y más rápido. Si al final los resultados no son los esperados, habrá que ver qué ha pasado y ser maduro para aceptar nuestras limitaciones.

Y en esta tesitura y con el colchón de tiempo que me otorga la Navidad, aprovechando que los muchachos no tienen cole y de que Elo no trabaja, parece que le tomo la medida a la horma de mi propia vida y festejos varios para completar las sesiones de entrenamiento sin grandes complicaciones, aunque no sin esfuerzo, pero siempre disfrutando de la práctica deportiva.eras
Saco los skis, las ceras, pieles de foca, pareja de piolets y crampones para regresar al blanco de la montaña y el azul de las cascadas de hielo, donde espero disfrutar y conseguir un esfuerzo extra y diferente que me haga mejor deportista, más fuerte de mente y más rápido si cabe.
Hala pues! y Feliz Navidad a tod@s.

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