Monday, April 22, 2013

PAPILLÓN

Existe una historia de un hombre condenado a trabajos forzados en una prisión inexpugnable y de la que nadie conseguía salir si no era muerto. Se llamaba Papillón.
Él, Papillón, estuvo preso en la Isla del Diablo, en la Guayana francesa.
Las condiciones de la prisión eran algo más que lamentables, realmente duras e inhumanas.
Nuestro amigo se adaptó a ellas porque era la única forma de garantizar su supervivencia, de poder contarlo y conseguir vivir una vida allá donde las cosas le fueran más propicias.
Papillón cumplió condena por un crimen que no había cometido, lo cual hizo mucho más duro su cautiverio.
De esta historia me gustaría destacar la capacidad que tuvo  por adaptarse a un medio altamente hostil, que ofrecía escasas posibilidades para la supervivencia, un ambiente aislado del mundo.
Pero sobre todo, me gustaría destacar la persistencia por conseguir la libertad, por defender la poca dignidad humana que puede conservarse en la cárcel, incluso exponiendo la vida a cambio de ella.
Todo esto no deja de ser una forma de buscar nuestra propia excelencia, de superarnos constantemente y contribuir a ser mejores, porque yo pienso que al serlo, ayudamos mejor a quienes amamos.

Los budistas, dicen que no debemos sentir apego, ni hacia los bienes materiales ni hacia las personas, tratando de buscar ese estado de felicidad casi inhumano, aquel que puede hacernos pensar que vivimos en una especie de nube sin sentimientos, sin alegrías, desamores, tristeza....
Quizá lo bonito de ser conscientes de nuestra propia existencia, es eso, el espectro de sentimientos que somos capaces de desarrollar, de sentir, disfrutar y padecer. Quizá lo bonito de nuestra propia vida es esa constante imperfección, el sube y baja que modifica nuestros planes y proyectos. A veces para bien y otras para no tan bien o incluso para mal.

Me encuentro en una especie de encrucijada, donde el camino que dejo a mi espalda es aquel que no ha transcurrido como esperaba. A mi derecha tengo el conformismo, ese que tan solo espera el devenir de los acontecimientos, sin grandes aspiraciones y sin grandes fracasos o decepciones.
De frente me encuentro ante lo inevitable, el trabajo, los asuntos pendientes y aquello a lo que antes o después tengo que enfrentarme, a pesar de haber hecho encajes de bolillos para tratar de alinear las diferentes partidas de la forma más favorable.
Esto último, se ha trastocado un poco y parece que se avecina todo un temporal, uno grande que exigirá grandes dotes de marino para capearlo sin naufragar. Veremos cómo se desarrolla.
Inmerso en él se encuentra todo este asunto del Ironman de Lanzarote, la imposibilidad de no estar en la línea de salida, perdiendo el dinero invertido y el esfuerzo realizado.
A mi izquierda se dislumbran nuevos desafíos, retos y sueños.
Me considero un soñador, uno con los pies en la tierra pero soñador al fin y al cabo, tratando de buscar un Dorado inexistente pero que siempre depara emoción por andar lo inexplorado.
Me siento vivo por ello, afortunado y feliz.
Hoy ha vuelto a ser festivo en la mar, un día que me permite aislarme en mis pensamientos e ilusiones, haciendo que el dolor se mitigue y los minutos corran como el agua de una cascada.
Hace que nunca repita, que siempre sea diferente aunque me encuentre en el mismo lugar, en el mismo local de ventilación, en la misma cubierta de vuelo...

Me siento bien, a pesar de que he perdido bastante peso, acercándome a los 74kgs, pero encontrándome fuerte y motivado. Me da rabia no poder demostrar lo que he sido capaz de construir en estos meses a bordo, después de la lesión y con la presión de lo que se avecina. Es una lástima..., la verdad, ya que siento que puedo hacer grandes cosas.
Pero no se debe caer en la autocompasión, no más de lo imprescindible, tan solo lo justo para poder coger algo de resuello y volver a arremeter con ímpetu.

Estos pensamientos me han llevado a pensar en la posibilidad de correr el Ironman de Gales en Septiembre, pese a que está muy próximo al Ironman Triberman en Octubre. Sería la cantidad frente a la posible calidad...No se qué hacer, porque además está el asunto económico, ya que desplazarse a Gales se me antoja caro.
Dentro de mi nube de pensamientos he incluido el hecho  de realizar el Enduroman de Lanzarote, en la versión DobleEnduroman, dos Ironman seguidos, sin interrupción....Un auténtico desafío...

Acabo reconociendo el apoyo y la preocupación de mis compañeros a bordo, cuidándome y mimándome para que pueda realizar los entrenamientos sin que me falte la comida, la bebida fría, o unas palabras de apoyo. Otra de las recompensas que ofrece esta forma de vida.

Y aquí sigo cual Papillón, buscando escapar de la prisión de mis dudas, de mis inseguridades, mis fantasías y sueños, esos que nacen en el sufrimiento soportable y que me hacen sentir especial, con ese brillo en los ojos...
El entreno de hoy ha sido realmente duro, las condiciones de temperatura y humedad en el local de ventilación me han impedido meter todo el desarrollo en la bici, pero he conseguido hacer las cinco horas, para seguir corriendo durante dos horas y media en cubierta. A veces solo, otras acompañado.
Gracias a los que me ayudan, siempre estaré agradecido. Y gracias a los que me ponen trabas, por obligarme a dar lo mejor de mi mismo para hacer lo que quiero.

En la encrucijada...Meditando hacia dónde seguir. Pero meditando lo justo.....

No comments: