Monday, August 30, 2010

ROMPIENDO MITOS

Hoy ha sido día de entreno en la Sierra de Cádiz, uno de los lugares más hermosos que conozco y que he tenido la suerte de disfrutar y contemplar en todas las estaciones del año, tanto a pie como en coche...
Hoy he redescubierto el lugar montado en una bicicleta.
Me he enfrentado al recorrido del Triatlón Titán Sierra de Cadiz, y con este entreno ha caído un mito...
Y esto último no lo digo desde la soberbia sino desde la humildad y el conocimiento de que cayó el mito porque este no es tal, es real.
Es intenso, fuerte, duro, hermoso...
No comprendo como hay gente que siendo de la Provincia de Cádiz no conozca estos parajes y lugares, y me refiero a conocerlos desde la comodidad de un coche, un buen bocata y un buen vino...
Madrugón de los buenos, a las 05.30 para estar saliendo a las 06.20 y empezar a pedalear a las 08.08.
Querría haber empezado a las 07.30, pero fui muy tranquilo con el coche...
Nada más empezar ya se va haciendo el caballito para subir el Puerto de las Palomas, que se ve colgado en el cielo entre barrancos y farallones de karsk. Una vista propia de la Tierra Media de Tolkien.
El aire es fresco y el camino sombreado ya que el Sol aún está bajo.
Llevo todo el desarrollo fuera porque quiero ir cómodo, reservando para lo que queda.
56 minutos más tarde meto el plato grande para coronar el palomar.
La subida ha sido lenta pero constante, igual que cuando se sube con skis de travesía, porque en el puerto, paro lo justo para abrigarme (cerrar el maillot), sacar pieles de foca, bloquear fijaciones..., y para abajo.
Bajo con cautela, pero poco a poco apurando más.
Moviendo desarrollo para eliminar ácido láctico, ganando confianza.
Atravieso Grazalema, siempre vigilado por el Gran Peñón, que tantos días de escalada me ha proporcionado...
Cuando me doy cuenta estoy subiendo el Puerto de los Alamillos, que se hace bien y que me recuerda tantos momentos de pateo por esta zona. Siempre cargado como mulos, pero disfrutando con el entorno.
Ya arriba enfilo hacia Villaluenga del Rosario, por un terreno de falso llano con constantes bajadas y toboganes suaves que me dejan acoplarme y rodar rápido.
Ahí me emociono un poco y me tengo que decir que tranquilo, que queda mucho.
Villaluenga con su aroma de queso payoyo y su plaza de toros cuadrada, me ve pasar rápido. Farallones kársticos, simas subterráneas y espeleólogos ávidos de llegar hasta las entrañas de la Tierra...
Cuando me doy cuenta estoy en Benaocaz, y reposto agua en una fuente junto a la carretera, pero rápido, sin parar casi...
Benaocaz es único por su barrio Nazarí. La subida al Salto del Cabrero ya ni lo digo....
Primera bajada que presumo peligrosa..., la bajada hasta Ubrique...
No me lo parece tanto.
Ahora dirección al Bosque.
Llego al Bosque y como voy full tank no paro.
Comienza lo que me ha parecido más duro: la subida a Benamahoma-El Boyar-Palomillas.
Y es realmente duro porque no se hace fresco y porque se llega con calor.
Subo lo más cómodo posible, pero me noto algo trancado.
He seguido mi rutina de beber cada 5min- pastilla de sales cada hora y comiendo regularmente.
No me siento débil en este sentido.
Pasado Benamahoma está la parte más dura para mi. Las rampas hasta la vertiente Oeste del Valle de Tavizna son realmente duras. Paciencia, me digo.
Aquí es cuando realmente me doy cuenta de lo realmente duro de la subida.
Una vez en la falda del Torreón (techo provincial), parece que la cosa se suaviza, pero igualmente se alarga.
Cambio el plato a 100mts del Puerto del Boyar, y corono como los grandes. Coño! esto es ir trancado (vaya gilipolleces me digo...).
En el Boyar me cierro el maillot y me tomo un Red shot, que es un Redbull pero pequeñito...
Bajada hacia Grazalema, rápido y con ganas de acabar, pero queda Palomillas.
La subida a Palomillas se me hace más corta de lo esperado pero la tontería de meter el plato antes de coronar casi me hace caer.
Esto está hecho, ahora bajar hasta Zahara.
Esta bajada si la veo muy peligrosa, no solo por el trazado de las curvas, sino porque una salida de ellas supone el vacío absoluto y rocas afiladas para estrellarse.
Al poco de bajar hay una curva con señal de prohibido ir a más de 20, uf!, casi me salgo por la tanjente...y más me hubiera valido tener un paracaídas.
Me acuerdo de lo que me hablaba el Poly esta semana del comportamiento de los tubulares en las curvas...
Sigo bajando y corro donde puedo, freno, me tumbo (o eso creo yo) y trato de que las bajadas sean entreno también.
No obstante mi mayor temor es verme tan alto en la bici y tan separado del piso, me hace llevar el centro de gravedad muy elevado...
La bajada es calurosa porque a medida que se baja aumenta la temperatura un huevo y parte del otro, flama viva, el ansia viva del calor...
Llego al coche en 3h 50' que no está mal para como estoy ahora.
No me siento roto y como dejé todo listo para transicionar pues allá que nos vamos, suelto la bici, bebo agua fresquita de la nevera que dejé en el portabultos del carro, me calzo las cholas de correr y caen 5km a 4'42'' de media.
Todo bajo un solajero de escándalo.
Que calufa muchacho!!!
La carrerita sobró, porque el calor no era normal, pero nada comaprable al que hizo el jueves pasado...
Bañito en el pantano para refrigerar y vuelta.
Un buen entreno, un crono cutre pero muy contento por cómo acabé y cómo me sentí durante el mismo.
Veremos cómo va la cosa en el Titán, porque esa media maratón puede ser épica.
Hala pues!

1 comment:

ale said...

Un lugar llamado paraiso....
Buena crónica y mejor entreno, el día 26 será un día grande para todos.
Un abrazo