Tuesday, August 24, 2010

ALIMENTO ABORIGEN


Sin ánimo de pecar de nutricionista del tres al cuarto, reconozco que el tema me interesa, y suelo leer bastante sobre el mismo, porque trato de enfocar un poco la dieta en función de lo que creo que mi cuerpo va demandado.

Soy un defensor aférrimo de la suplementación en la dieta del deportista y más en concreto de los triatletas, sobretodo si este se dedica a la larga distancia.

Igualmente pienso que aunque los pilares de la nutrición deportiva están claros y puede decirse que son comunes, al igual que cada deportista es diferente y cuando nos centramos en la persona ya hay que generalizar y horquillar más fino.

Influyen muchas cosas a la hora de alimentarse, los objetivos marcados, los entrenos, la vida "normal", el tiempo disponible, trabajo, familia, gustos, etc...

No comeremos igual al principio de la preparación de un Ironman que cuando nos estemos metiendo al lomo sesiones de 6horas o más....

Sobre suplementación hablaré otro día, y desde mi propio punto de vista y experiencias.

Pero si nos preguntamos todos, independientemente de nuestra distancia, qué grupo de alimentos forma el cimiento de nuestra salud, está claro que diremos que son los Hidratos de Carbono.

Y sobre ellos me centro, pero desde el conocimiento de que la eficacia y el equilibrio se encuentra en que esa pirámide tiene más pisos y todos son importantes.

Sin vitaminas muchas funciones a nivel celular no funcionarían, por lo que de nada servirán esos HC que nos metemos...

Sencillamente no podremos metabolizarlos...

Bueno pues!

Pues partiendo de esta enladrillada explicación me centro en un alimento del grupo de los HC que es originario de las Islas Canarias. Tras la conquista de estas, su incorporación al Reino de los Reinos y el salto al Nuevo Mundo, puede ser que lo encontremos también en algunos países hermanos de Centro y Sur en las Américas.

Este alimento consiste en una harina hecha con el grano del maiz (millo) tras su tueste, y consistió en la base de la alimentación de los Aborígenes de las Islas a la llegada de españoles, ingleses, holandeses, etc...

Hoy en día es una seña de identidad canaria y continúa teniendo peso específico en la gastronomía de todo el Archipiélago.

El GOFIO.

Aunque ,como he dicho, se emplea el millo para su elaboración, prácticamente hay gofio de casi toda clase de grano: trigo, centeno, cebada, garbanzos,etc, pero con la salvedad de que el grano siempre está tostado. Es por ello que esta harina no puede cocinarse porque no está cruda, ya está cocinada.

El gofio se caracteriza por ser un alimento con alto valor nutritivo muy rico en minerales,sobretodo en hierro, zinc y magnesio. Además, es un alimento con
bajo poder calórico (365,63 Cal por 100 g de gofio de trigo y 367,75 Cal por 100 g de gofio de maíz) gracias a su escaso contenido graso. El
contenido lipídico del gofio, sea cual sea su origen, resulta ser superior que el de las harinas blancas. Sin embargo, hay que resaltar que de este pequeño contenido graso gran parte son grasas insaturadas, entre las que destacan algunos ácidos grasos esenciales. Los ácidos grasos esenciales (AGE) son ácidos grasos poliinsaturados que no pueden ser sintetizados por el organismo humano y que se caracterizan por un papel protector de enfermedades cardiovasculares. Se han venido considerando AGE los ácidos grasos linoleico, linolénico y araquidónico.
De todo esto se deriva la gran importancia nutritiva del gofio ya que de su pequeño contenido de fracción grasa más del 50% corresponde a ácido linoléico.
Otro dato a destacar es el valor que alcanza el conjunto de ácidos grasos poliinsaturados que puede llegar a ser del 50-65% de la fracción grasa del gofio. El ácido oleico, característico del aceite de oliva, también es uno de los más importantes en el gofio llegando a alcanzar valores del 15% de la fracción grasa total. Finalmente, cabe destacar que los ácidos grasos saturados no superan el 18% de la fracción grasa, aspecto este muy revelante nutricionalmente.
En cuanto a los hidratos de carbono, el almidón es el hidrato de carbono más importante de todos los cereales. En el gofio, fructosa, glucosa, maltosa y lactosa monohidratada se encuentran en concentraciones inferiores al 0,5%. La sacarosa, por el contrario, alcanza valores del 0,8 – 1 %.
También destacar que los niveles de las vitaminas hidrosolubles presentes en el gofio son significativos, a pesar de las pérdidas causadas durante el procedimiento del tostado del grano.
Para el caso de las vitaminas del complejo B, el gofio aporta de forma cuantitativa una importante cantidad de las IDR (Ingestas Dietéticas Recomendadas): respecto a la vitamina B1 y B2 , vitaminas que juegan un importante papel en el metabolismo glucídico y en la síntesis y metabolismo de ácidos grasos, colesterol y aminoácidos, se alcanza un 15-25 % de dichas IDR, y en cuanto a la vitamina B3 el aporte del gofio llega incluso a ser de un 50 %, esta vitamina participa en multitud de reacciones de óxido-reducción y esta indicada como hipolipemiante. El contenido en Vitamina C no es significativo, aunque puede ayudar a obtener las necesidades diarias recomendadas. En el caso de las vitaminas liposolubles, el gofio aporta
hasta un 50 % de la IDR de Vitamina D. En la tabla II se comparan las concentraciones de vitaminas determinadas en el gofio con las IDR para esas vitaminas.
En cuanto a la presencia de minerales en el gofio, cabe destacar su elevado contenido. El gofio aporta aproximadamente la cuarta parte de las IDR de hierro y de magnesio. El contenido en potasio y zinc en 100 gramos de gofio supone un 17 % de las ingesta diaria recomendada y dado que la ingesta de zinc es difícil de conseguir con la dieta habitual, podemos afirmar que el contenido de este mineral en el gofio permitirá cubrir parte de su recomendación diaria. Por último, indicar la existencia de pequeñas cantidades de fósforo, calcio y cobre (2,5%, 5 % y 9% respectivamente de sus IDR) que colaboran a alcanzar las ingestas diarias para cada uno de
ellos. Los tres son minerales que poseen un papel importante en el funcionamiento normal del cuerpo humano. Debemos de tener en cuenta que el contenido de sodio del gofio depende del maestro molinero y del lugar donde se elabore el gofio, ya que dependiendo de la zona del archipiélago, existirá la tradición añadirle o no sal marina.
A la hora de comerlo hay muchas variantes, casi tantas como gustos de aquellos que lo comen. Con la leche, el café con leche o el colacao, espolvoreado sobre potajes de berros y verduras. También se consume escaldado, con caldo de pescado, o como pan cuando se amasa en pellas.
Una buena opción para llevarlo en la bici es una pella de gofio con almendras y pasas, que podemos endulzar con miel o azúcar moreno. Un poco de sal nos convertirá esa pella en una auténtica barrita al más puro estilo Mulebar.
Me han comentado también de consumirlo con yogurt, y está realmente bueno...
Bueno pues, tras tremendo ladrillaco si alguien está interesado en probarlo que me lo diga y lo solventamos sobre la marcha.
Pues eso, que espero que nadie se añulgue comiendo gofio.
Hala pues!

2 comments:

ale said...

Veo que estás buscando patrocinador de una marca de gofio no??? jajajajjaja.
Interesante post si señor.... lo que tenemos que aprender de los aborígenes....
Muchas veces los mejores alimentos son los más "simples".

Nati said...

Se te olvidó decir que está bueníiiisimoooooo!!!!
te lo dice un paladar andaluz ;)
(K)