Sunday, September 18, 2016

COLD PRESS JUICER

Parece ser que hemos decidido adoptar una forma de vida en la que el tiempo es un factor que corre en nuestra contra. Bien por el hecho de que es algo sobre lo que aún no tenemos control o porque tratamos de encajar en el mismo un gran número  de acciones a las que llamamos actividades diversas y que condicionan sobremanera nuestra forma de vida.
En toda esta vorágine diaria y centrándonos en el aspecto deportivo, que puede llegar a consumir gran cantidad de ese limitado tiempo, se debe hacer hincapié en el hecho de que la cantidad de este que invirtamos en el proceso de nutrirnos, sea la más optimizada posible, para lo cual debemos emplear técnicas adecuadas y productos de la máxima calidad.
Teniendo en cuenta que siempre será mejor que exprimamos nuestras propias naranjas para beber un zumo que el hecho de servirnos un vaso de un producto envasado y manufacturado; lo que trato de exponer es que hay que esforzarse en buscar y conseguir el equilibrio entre una cosa y la otra, procurando compensar y equilibrar la balanza en ese sentido pero , claro está, haciéndolo de forma objetiva y sincera en lugar de excursarnos en nuestras propias debilidades o falta de compromiso.
Dicho esto y recordando aquello de que para rendir en lo deportivo (y también en lo intelectual, así como en el resto de aspectos de la vida) la calidad del combustible debe ser una prioridad, me aventuro a recomendar una forma de tomar alimentos frescos y necesarios de una forma diferente y saludable:        la presión en frío.
Probablemente todos recordemos e incluso hayamos empleado en alguna ocasión una licuadora. Sí!, aquellas en las que se introducen los trozos de fruta y verduras para pasar por unas cuchillas que literalmente licuaban el alimento, haciendo posible que nos pudiésemos beber una zanahoria o una manzana.
Para aquellos remolones a la hora de comer frutas, verduras y vegetales en general, está claro que es una opción cómoda y eficaz de hacerlo ya que lleva realmente poco tiempo elaborar un jugo de frutas, vegetales, frutas y vegetales o un smoothie.
Pero resulta pues que elaborar jugos de esta forma tiene una serie de inconvenientes que llegan a hacer que lo que estemos tomando no sea tan "bueno" como pensamos.
Las licuadoras clásicas son máquinas potentes que giran a muchas revoluciones (entre 2000 rpm y 5000 rpm, dependiendo de la potencia de la misma), con lo cual se produce un aumento importante de la temperatura en el momento que las cuchillas hacen su trabajo. Este calor tiene efectos negativos sobre el producto elaborado, haciendo que algunos nutrientes importantes se vean alterados e incluso eliminados.
Además de este contratiempo (muy a tener en cuenta) existe el hecho de que ese giro vertiginoso de las cuchillas produce un gran movimiento de aire, con lo que el líquido obtenido sufre una especie de "baño de chorro de aire", lo que acelera muchísimo la oxidación del producto.
Hablamos de que el jugo debe ingerirse sin esperar demasiado, ya que de lo contrario perderíamos muchos nutrientes importantes.
Si observamos la pulpa o restos sobrantes de este proceso de licuado, veremos que se trata de una pasta semilíquida, donde aún existe gran cantidad de agua y por tanto de nutrientes que no hemos conseguido hacer pasar al producto final.
Es por tanto que tenemos tres inconvenientes importantes a tener en cuenta:
-calor que altera los nutrientes.
-aire que acelera la oxidación.
-incapacidad de obtener todo el líquido de la fruta.
A estos tres puntos en contra de la licuadora habría que sumarle un cuarto; el ruido que hace cuando está en funcionamiento.

El rival que surge para ganarle terreno a la licuadora clásica es la licuadora de presión en frío (cold press juicer), que no emplea cuchillas metálicas sino un tornillo sin fin que actúa como prensa y que gira a velocidades extremadamente lentas (40rpm/50rpm), evitando de esta forma el aumento de temperatura.
Por consiguiente, y por el hecho de trabajar a baja velocidad, no se produce ese contacto con el aire como en el caso anterior, no hay calentamiento del líquido y la acción de prensado consigue obtener todo el líquido de la fruta o vegetal.
La pulpa sobrante es expulsada casi totalmente deshidratada, consiguiendo mayor cantidad de jugo que una licuadora clásica.

Como punto más a su favor hay que destacar que son muy silenciosas, permitiendo que podamos usarlas temprano en casa sin despertar a nadie.
Suelen estar fabricadas con materiales plásticos ecológicos, además de consumir mucho menos que la licuadora de toda la vida.
El jugo obtenido, al no sufrir alteraciones por calor ni oxidación, puede conservarse hasta 72 horas en el refrigerador sin que se altere su composición, textura y sabor.
Es ideal para hacer mezclas de frutas con otros vegetales, existiendo multitud de recetas para elaborar jugos realmente exquisitos y nutritivos.
Permite obtener jugo de hojas (col, lechuga, espinacas, acelgas, etc), así como elaborar leches de soja, almendras, etc.
La contrapartida a todo esto es que son más caras que las primeras, pudiendo llegar a ser realmente caras si la comparamos con la clásica licuadora que podemos encontrar en una gran superficie. Obviamente no estamos hablando de lo mismo, pero es comprensible que se tenga algún tipo de prejuicio a la hora de invertir más o menos dinero en algo en lo que no estamos acostumbrados.
Y llegado a este punto no puedo dejar de sentir cierta extrañeza cuando (y ahora sí!, volviendo a lo deportivo) los deportistas que tratan de buscar sus mejores resultados, invierten cantidades importantes en detalles casi insignificantes como la aerodinámica de un casco o un GPS (podría enumerar muchos complementos muy caros, que si bien son útiles, no son en absoluto imprescindibles o bien tienen una opción igual de efectiva a un menor precio, por lo que se entra más en el terreno del consumismo o el frikismo) y sin embargo no cuidan lo más mínimo el verdadero motor que le da sentido a tanto cacharro y tecnología; nosotros mismos.
Yo aún no me he hecho con mi cold press juicer, porque ando en la fase de estudio de los diferentes modelos y marcas, y tampoco pretendo hacer cambiar de opinión al que prefiere tomarse el zumito de naranja del bar de Pepe, el de tetrabrik o el que se hace en casa con el exprimidor que le regaló la tía Concha en su boda.
Tan solo lanzo una última pregunta: Tú a tu coche que combustible le echas? uno barato y de dudosa calidad/procedencia? , o uno de buena calidad?
Yo lo tengo muy claro.

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