Me voy al fondo...
Rápido, de forma súbita, violentamente...
No puedo evitarlo, aunque me resista.
Me ahogo!!
Pero estoy tratando de salir a la superficie, y lo hago con todo lo que tengo dentro, con todas mis fuerzas...Porque me va la vida en ello.
Mientras pataleo y muevo mis brazos en busca de ese ascenso que me permita volver a respirar aire..., me fijo en la claridad que se adivina tras las burbujas de la superficie.
Hay cosas que flotan, oscuras, deformes y en un caótico movimiento sobre mi cabeza.
Quizá pueda asirme a alguna y flotar...
Son trozos de fuselaje o el material que llevábamos a bordo.
Parece que anochece, que se va la claridad, o es que son mis ojos que se cierran?
No lo sé! pienso que esto está fuera de control, que se acaba, terminando un ciclo y quizá dando comienzo a uno nuevo.
Mientras pienso todo esto, noto como me arden los pulmones.
No puedo respirar y quiero gritar con todas mis fuerzas..., pero no lo consigo.
Parece que me derrumbo y me abandono...
Estas han sido quizá las últimas semanas de mi vida, semanas intensas y vivas donde todo ha sucedido de forma rápida y fugaz, donde el control deseado ha brillado por su ausencia, donde parecía que yo era un mero espectador o un viajero en el interior de un tren, contemplando el paisaje a velocidades altas y sin poder interactuar con la realidad.
A veces me he visto como el moribundo que aún en vida escucha irremediablemente como certifican su muerte sin tener la capacidad de gritar que aún está vivo.
Casi desesperado.
No es por la gran cantidad de tiempo dedicado al trabajo, sino por la forma en que he tenido que realizar este.
A veces solo, otras con demasiada compañía.
Quizá el problema lo tenga yo y me haya dado cuenta de que no soy capaz de gestionar determinadas intensidades laborales en esto de la aeronáutica.
Quizá sea que en el fondo aún siga siendo casi tan lego como cuando empecé, o que cuando se supone que más conocimiento tengo, este, tan solo me sirve para darme cuenta de lo que realmente no sé...
El caso es que reconozco que ha sido duro y no me ha gustado la sensación de cabos sin atar o de ver que todo no estaba como yo quería, como pensaba que debería estar o bajo mi control.
Todo en sí, lejos de aportar claridad a mi mente nublada, no hace más que cegarla más.
Y cuando algo parece estar resuelto, otro problema sale a flote recordándome que esto no ha hecho más que empezar.
Levántate temprano y acuéstate tarde.
Duerme poco y come lo suficiente.
Entrena lo justo por aquello de que puedas seguir diciendo que eres un deportista abnegado que se prepara con celo sus desafíos.
Besa con pasión de forma rápida ya que no tienes tiempo...., o al menos, besa para que no se te olvide. Para que no te olviden...
Aprovecha cada entrenamiento por corto que sea, por inseguro que te sientas..., aunque no sea lo planeado, pese a que no sea la disciplina del día...
Y trata de sacar partido de ello porque no te queda otra, porque te vas otra vez y tan solo llevas lo que te cabe en una bolsa verde.
Reniega de ti nuevamente, a pesar de que sabes que haces lo correcto, de que amas lo que haces y más que eso el por qué lo haces, aunque duela tanto...
Vive! y no te detengas nunca, porque si lo haces estás muerto. Sigue!y no te detengas!!
Y en la locura de lo imparable no olvides agradecer, no dejes de decir: te quiero!, no escatimes en abrazos, en caricias y en ver a tu amigo. No dejes de escuchar.
Interactúa con tu mundo. Deja huella y empatiza con aquellos que te importan.
Y sigue porque todo acaba...
Lo bueno, lo malo, la vida...
Y así sigo, así me siento, así pretendo seguir, hasta que no pueda más...
Hasta que me derrumbe!
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