Nada permanece.
Ni siquiera los recuerdos que terminan por mezclarse entre ellos para crear una mezcla distorsionada de cosas que fueron, que son y que no sabremos si llegaron a ser.
Es común marcar objetivos que pueden ser personales, deportivos, materiales o incluso de nuestra propia vida, tal y como si de la luz de un faro se tratase.
Y es frecuente descubrir que una vez hollado la cima de aquella montaña, cambiado de casa, de coche o realizado aquel viaje soñado, terminamos en un punto nuevo donde descubrimos que nada de lo que supuestamente esperado era lo que realmente queríamos....
Lo que realmente importaba de verdad.
No comments:
Post a Comment