HABLAR…

Para mi es importante hablar de esto y no hacer como si no hubiese pasado nada…

No!, no estoy exagerando. Síí!, para mi es importante , tiene importancia!

A veces en las relaciones de pareja no hablamos  las cosas y esperamos a que se nos pasen o se minimice la problemática. Pero esto no funciona. Tenemos derecho a sentir y tenemos derecho a hablar.

Reprimir nuestras emociones solo nos daña a nosotros mismos y a la relación. Es fundamental expresar lo que sentimos, tanto lo bueno como lo malo, para poder construir una relación sana y duradera.

No dejemos que el miedo a la confrontación o al juicio nos impida comunicarnos. Hablemos con honestidad, respeto y empatía. Escuchemos activamente lo que el otro tiene que decir. La comunicación es la base de cualquier relación fuerte.

A veces lo que escuchamos no nos gusta y adoptamos una actitud intransigente o de “oídos sordos” ante la realidad que nos ponen de manifiesto. Es posible que nuestra pareja nos hable sobre temas difíciles, que nos comente aspectos de la relación sobre los que no estemos de acuerdo, o cuya visión sea opuesta o diferente. A la que podamos tener nosotros.

Podríamos definirlas como conversaciones incómodas, y hay que tenerlas aunque nos duela.

Hay que hablar frente a frente y mirarse a los ojos sin miedo a derramar lágrimas, sin miedo a que nuestro mundo ideal se desmorone ante nosotros. No debemos temer que las cosas no sean como habíamos imaginado, tal y como deseábamos que fueran. Y no debemos hacerlo porque se supone que el objetivo final de la conversación es poder “arreglar”, superar, apoyar, conservar y permitir que cada cual consiga seguir su camino de forma pausada y tranquila. Con tristeza, sí!, pero con la determinación de sobreponerse y de seguir adelante…

Y como para mi es importante hablo de ello.