Saturday, July 06, 2024

El vaso medio lleno

 Es una forma de ver las cosas, de interpretar diferentes situaciones, de adoptar una línea de cara a cómo valoremos aquello que nos sucede o nuestra propia realidad.

De ahí que tengamos dos posibles opciones (aunque a mi me encanta llamarlas COAS), siendo la primera, por ejemplo, la más positiva y la segunda, aquella que opta por ver las cosas de forma más negativa.

De ahí viene la idea de ver el vaso medio vacío o medio lleno…

Hablamos de medio vacío o medio lleno porque se trata de situaciones que no llegan a ser del todo ideales ni del todo nefastas, de manera que en ambas COAS tengamos un poco de cada cosa.

Es decir, que ante una actitud pesimista frente a una situación concreta, tendemos a ver las cosas de forma negativa, destacando todo aquello que no nos gusta, que no cumple nuestras expectativas y que convierte esa situación en algo muy desagradable. Es en ese momento en el que decimos que vemos el vaso medio vacío al faltar todo eso que no tenemos, pero que dicho vaso pudiera contener algo bueno (normalmente en poca o muy poca cantidad).

Pero si en esa misma situación obviamos la parte mala y solo nos focalizamos en el contenido bueno del vaso, podremos decir que vemos el vaso medio lleno. Al fin y al cabo es algo tan simple como el tratar de ver siempre el lado positivo de las cosas.

Y claro está que puede sonar a filosofía “flower-power” o incluso de Teletubbie, pero, sin llegar a hacer afirmaciones categóricas y lapidarias, el hecho de buscarle las vueltas a la vida para sacar el jugo de cualquier situación y desechar las cáscaras, las pipas y la pulpa insípida, creo que es una buena filosofía de vida, que te permite obtener enseñanzas, lecciones y experiencias de todo eso “malo” que nos sucede y que se llama vida.

La puta vida…

Moverse en las aguas y ganarle el sitio a la rompiente para no quedarte fuera de la zona de buenas olas que surfear, no siempre es fácil y, a veces, simplemente no es posible. Lo vivimos como una especie de onda constante con sus cimas y sus valles. También es parte del juego.

El puto juego de vivir.

Y aunque con tanto puto en las frases se pueda percibir pesimismo en mis palabras, nada más lejos, ya que llevo un cierto tiempo en el que trato de no desgastarme en combates perdidos de antemano. Intento no librar guerras que se que no voy a ser capaz de ganar, batallas perdidas antes del sonido de la trompeta…No!, no merece la pena enfrascarse en luchas fratricidas que solo te desgastan como persona. Que solo restan momentos de paz y calma de tu vida. 

Rendirse, aunque se que nos lo han “mantrizado” como algo que no debemos hacer nunca, rendirse también es una opción, y si la elegimos tras muchos choques contra muros y paredes de roca que no se pueden escalar, creo que es una buena elección. Al fin y al cabo es nuestra elección y si hemos llegado hasta ahí, nadie, desde su crisol externo, puede juzgar lo que hayamos decidido.

He conseguido hacer cambios en mi vida, algunos muy duros, muy “heavy”, que yo y solo yo se qué han supuesto para mi cuerpo y mi mente. Últimamente he seguido haciéndolos, descubriendo o , mejor dicho, retomando buenos momentos de disfrute y de estar bien conmigo.

Aún así parece que no es suficiente, parece que cuando la cosa comienza a remontar, nos centramos en mirar hacia atrás, en abrir los cajones del pasado y revolver en la ropa de nuestras experiencias para quedarnos con lo malo, con lo que hizo daño, lo que nos dolió y , por ende, aquello a lo que le tememos. Así es muy difícil avanzar y superar los traumas.

Si esperamos a que todo esté perfecto, es posible que nos quedemos sin aire en los pulmones y nos asfixiemos, o simplemente nuestro tiempo se agote irremediablemente… No se, eso ya es cuestión de cada uno.

Ver que no llego, que me falta, que la situación no es todo lo buena y deseable que se querría, me empujan a gritar dentro de mi : Ya no se cómo hacerlo, ya no se qué decir, no se!!!!.

En este momento es muy difícil ver el vaso medio lleno. De hecho lo veo completamente vacío y puede que lo mejor para uno sea olvidar ese camino, romperse, llorar, pasar un duelo y pegar los trozos de un maltrecho corazón para tratar de tener un mínimo de entereza física y mental y seguir con la vida, que como dije al principio, consiste en eso, en valles y picos.

Por eso rendirse, rendirse, también es una opción…

Tener miedo también lo es, y avanzar y hacerlo con miedo, también es otra opción.

Depende de uno cual escoge. Yo lo tengo claro. 

Y tú? Lo tienes claro?, Sí! Tú! A tí te estoy preguntando….

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