Thursday, May 16, 2013

LANZAROTE IRONMAN

Todo llega en la vida…


Antes o después cada momento se presenta cuando debe, en ocasiones nos sorprende, o de improvisto nos sacude con algún contratiempo. Pero al final todo llega.

Ha llegado la hora de los hombres de hierro, su momento…

Me encuentro sumido en una auténtica explosión de sentimientos ahora que mi paso por este buque de la Armada llega a su fin. Pese a la tristeza del adiós, voy más allá (o al menos trato de hacerlo) y me aferro a todo lo conseguido en estos tres meses. No obstante esto es harina de otro costal y creo que merece una entrada aparte.

Toca hablar de lo que originó este blog, de Ironman…

Si las cosas hubiesen tenido lugar como había previsto y organizado, esta tarde estaría con Raimon, Manolo y Jose Ignacio en el Club La Santa, dando buena cuenta de la cena de los triatletas y probablemente rememorando viejas hazañas de otras carreras.

Le dije a Jose Ignacio que el mejor sitio para estrenarse en la distancia solo podía ser Lanzarote y me hacía especial ilusión poder estar allí en ese momento.

Se que tanto él como Raimon han horadado la roca con la que están hechos sus cuerpos, tallando los músculos, el corazón y el espíritu. Se que cada uno se presenta a esa línea de salida con diferentes objetivos, diferentes caminos andados pero una meta final común…, vencer a la distancia y a ellos mismos a través del mar, la lava y el viento.

Han pasado ya unos años desde que empecé en esta locura de nombre Ironman. No son demasiados, no, pero si puedo decir que el día que acepté el desafío de acometerlo, cambié mi forma de vida.

No puedo decir que sea una forma de vida fácil, aunque no es tampoco un calvario de penas y sufrimientos, ya que cuando hacemos algo que nos gusta, no hay cabida para el malestar.

La magia que envuelve todo esto se ve recompensada cuando tus pies descalzos tocan el agua de la orilla y tu corazón late con la fuerza de un caballo queriendo salir de tu pecho. En ese momento en el que miles de recuerdos llegan sin permiso a tu cabeza, creando una mezcla de alegrías, nostalgias, tristezas, amor, orgullo…

Lanzarte al mar rodeado de cientos de personas que se aferran a su sueño y ver el fondo y el cielo, escuchando a tu propio cuerpo…Su respiración, su golpeteo contra el agua, tu propio corazón latiendo mientras te deslizas entre olas…

Llegas a la orilla con el anhelo del náufrago exhausto, deseando de pisar la tierra firme, y lo haces desorientado, entre los gritos de la gente y estruendo de la música. Son momentos en los que la mecanización de las acciones es primordial para no bloquearte o perder demasiado tiempo.

Perder…

Que contradicción al hablar de perder este día, donde cada segundo vivido, cada metro nadado, kilómetro pedaleado o corrido es en si un victoria…

Subes a tu bicicleta con ganas de devorar kilómetros atravesando el tiempo y el espacio en una Isla calcinada de belleza en cada rincón. Se hace largo, pero no imposible, ya que este día nada lo es, es nuestro día…

Regresas al comienzo, para empezar a correr y empezar a sufrir. SÍ!, a sufrir el famoso sufrimiento soportable que nos hace descubrir mil y una parte de nuestro cuerpo sobre la cual no tenemos conciencia. Cruzamos la meta con la satisfacción de acabar, requiriendo el descanso pero pensando ya en la próxima vez, porque el círculo no termina nunca de cerrarse.

Muchos piensan que estamos locos, otros nos admiran cual héroes, pero simplemente somos personas ávidas de vivir, sentir y superarnos a cada momento.

Esta es la magia del Ironman.

Desde Dar-Es-Salam, Tanzania, veo como mi sueño de estar en Lanzarote este año se diluye como tinta en el agua. Contradictoriamente me siento muy afortunado de poder estar aquí y aunque mi cuerpo no esté entre la lava y el viento…, mi corazón, espíritu, pensamientos y mejores deseos estarán con esos dos titanes el próximo sábado, Mr Raimon y J.Ignacio.

A ambos les envío toda mi energía para que dobleguen las aguas y la roca.



3 comments:

Anonymous said...

Héctor te echamos de menos aki con nosotros. No sabes cuanto, hoy me he acordado mucho mientras hacía el circuito de agua , la serenidad , la relajación , el buen rollo al fin y al cabo esos mismos sentimientos k tu eres capaz de transmitir con tus letras y tu simple presencia. Vente ya para casa y ya pensaremos en k nueva locura nos embarcamos.
Mr Raimon

JUNCALLLL said...

illlooooooo, no flipes más con el ironman y pillate un taxi y dile que te lleve al Q-Bar para comer y tomar el primer lingotazo, no te despistes y luego te llegas andando (el sitio está a unos 150 mts) al MAISHA!!!! lo mejor de lo mejor (eso sí, llevate un poco de algodón impregnado en BRUGAL para metertelo en las fosas nasales pasadas las 00:00)

Anonymous said...

Parece que te hubieran hechizado a bordo¡¡cuanto sentimiento!! xD aprovecha el regreso para retomar el día a día, un abrazo