Saturday, May 26, 2012

LA CARRERA PERFECTA. IRONMAN DE LANZAROTE, CANARIAS 2012.


Así como los surferos desafían al mar, cabalgando de manera desafiante sus olas y siempre con la vista y la esperanza puesta en el horizonte, en espera de ese Gran Miércoles, esa ola grande y perfecta que haga posible surfear como a ninguna otra..., así, de la misma forma, los triatletas, especialmente los de distancia Ironman, buscan la perfección en la ejecución de una prueba. Entrenan con una dedicación que raya el sacerdocio, cuidan su cuerpo como si vivieran de él, le exigen exprimir sus energías hasta límites insospechados....
Todo detalle por insignificante que parezca se deja bien atado evitando dejar nada al azar, nada sin control...
El esfuerzo de tan largo camino luego se focaliza en un solo día, una sola carrera, un único Ironman, buscando una perfección acompasada y coordinada en las tres disciplinas y sus respectivas transiciones.
Independientemente de que la marca conseguida sea asombrosamente buena y destacable, el triatleta, especialmente el de distancia Ironman, nunca está satisfecho con sus resultados, siempre quiere más, siempre quiere menos....Menos tiempo en el crono.
Yo, sigo buscando la carrera perfecta, el Ironman perfecto, y no tengo muy claro de que sea un viaje con destino final. De lo que no tengo un ápice de duda es que es un camino apasionante.

El pasado 19 de Mayo, en la Playa de Puerto del Carmen, disputé mi tercer Ironman, tratando de buscar mi carrera perfecta. No la encontré, no fue mi día, pero tras cruzar el arco de meta la ilusión de pensar en que la búsqueda sigue viva, me embriagó de felicidad, sabedor de que aún queda mucho por andar y que mis propios límites  están muy lejos.
Esta es la crónica de mi participación en el Ironman de Lanzarote 2012 y de lo que aconteció en aquella Isla ese día.



Lava, viento y mar......

Zarpamos de Cádiz el martes 15 con la furgoneta de Mr Raimon, cargada con todas las bicicletas y demás equipo para la carrera. Fue un gran acierto hacerlo así, porque pese a lo largo del viaje, el ahorro económico fue más que notable. Aparte de esto, garantizábamos que las bicis llegarían a su destino y en perfecto estado (150 bicicletas perdidas en el aeropuerto....).
En barco nos fuimos Poty, Manolo "Plato combinado" y yo.
Ya de camino fuimos estudiando los planos con los diferentes trazados de la carrera, comentando diferentes experiencias (en el caso de Manolo bastantes ya que tiene unos cuantos IM's a sus espaldas).
Llegamos a Lanzarote con 9 horas de retraso por un problema mecánico del buque, así pues a las 08.25 hora insular ya estábamos camino de Puerto de Carmen. Quedamos con Raimon y hacemos el reparto de bicis  por los diferentes apartamentos. Nos instalamos Poty y yo en el nuestro que tuvo un coste de 96€ por cuatro noches (piscina, cocina, terraza...). Nada lujoso pero perfecto para lo que necesitábamos (comento estos detalles porque me parece interesante el hacerlo de cara a que aquel que lo lea se haga una idea de los costes, problemas, ventajas, etc.)
Nos vamos a nadar en el circuito del IM y la sensación es simplemente espectacular. Temperatura ideal, agua cristalina, peces, marcaje perfecto...
Hacemos una vuelta muy tranquila en 35', a lo que tanto Raimon y yo manifestamos nuestra alegría por las sensaciones.
Seguidamente cogemos las bicis y damos una vuelta de 1h, aprovechando para enseñarle el recorrido de la maratón a Poty y verificar el correcto funcionamiento de las máquinas.
Compra en el súper y comida tardía para salir pitando al Club La Santa a recoger dorsales, briefing (al que finalmente no asistimos), etc...
Ya en la entrega de dorsales se ve que la marca IRONMAN tiene peso específico y que está a un nivel muy por encima del resto (aunque no he tomado parte en ninguna prueba de la franquicia Challenge).
Visita a la Expo, que si bien sigue siendo pequeña para lo que es un Ironman, estuvo mejor que la que yo vi hace dos años.
Raimon y yo participamos en el desfile de naciones, aunque yo lo hice con el cartel de Gran Canaria,ya que  al final del mismo te daban un número para el sorteo de la bicicleta Cannonddale Slice y demás material.
Acto de bienvenida, sorteo (sin suerte, pero con mucha salud) y del tirón a la pasta party que estuvo bien. Cenamos y a dormir.
A la mañana siguiente me levanto pronto para volver a nadar en el circuito. El ambiente en el paseo marítimo es indescriptible con multitud de triatletas rodando, nadando, o en las bicis. Ambiente Ironman 100%.
Quedo con el Mr (Ale) y salimos a rodar un rato en bici aprovechando para comentar nuestras emociones por estar , al fin, en esta Isla soñada durante tantos entrenos compartidos. A continuación hago una carrera a pie de transición con algunas aceleraciones, coincidiendo con Jaime Menéndez de Luarca, Eneko Llanos y muchas caras conocidas.Más ambiente imposible!
Comida, preparación de bolsas y checking de bicicletas.
Decidimos ir pronto para no pillar colas y poder disfrutar algo más del ambiente y de las máquinas que desfilaban por los boxes (ya prepararé una una entrada con curiosidades al respecto).
Una vez listo todo y algo cansado me retiro al apartamento a preparar los bidones de alimento para el día siguiente y poder hacer un planteamiento mental de lo que debía ser mi carrera. Repasar cada acción a ejecutar en cada momento, relajarme un poco, concentrarme otro y recoger gran parte del equipaje para partir rumbo a Cádiz tras acabar la prueba.
Llega Poty, cenamos y a descansar.


La prueba....
Tras una corta noche tranquila y sin desvelos, me levanto, voy al servicio y desayuno con calma. Vuelvo a visitar el baño, cogemos las cosas y nos vamos. Un largo día de emociones nos esperaba.
Entramos en boxes y cada uno atiende sus cosas. Inflo las ruedas, coloco bidones, reviso que todo esté ok, saludo a algunos conocidos y me voy a buscar a Clara. Nos presentamos y charlamos durante un instante para desearnos suerte y que podamos cumplir nuestros objetivos.
Última visita al baño y vuelvo a ver a Poty, Raimon, David y Ale. Ya nos lo volveré a ver hasta la carrera  a pie.
Bajo a la playa, el ambiente es alucinante, música, speaker y todo el mundo deseoso de dar comienzo.
Me sitúo en una zona central tirando hacia delante, porque pienso que una mala colocación me puede hacer perder esos minutos que tanto necesito. Miro hacia atrás buscando a mis camaradas pero no los veo, quiero desearles la mejor de las suertes,pese a no verlos así lo hago.
Cierro los ojos un instante para aislarme de todo y cuando vuelvo a abrirlos me veo en esta playa, a esta hora y en este Ironman único.
Un minuto, me bajo las gafas.
Suena la bocina y comenzamos a andar hacia el agua...
Tardo un minuto en llegar a ella, camino hasta que me cubre el ombligo y me zambullo para nadar con ímpetu y muchas ganas.
El mar hierve, no se parece a ese en el que nadé ayer, todo se revuelve, hay triatletas por todas partes, pero yo sigo a lo mío, tratando de separme y buscar mi sitio.
Cada poco saco la cabeza de forma frontal y busco referencias. La corchera es de una ayuda muy grande.
Primera boya, giro sin pegas, para seguir el primer tramo largo. Voy fuerte pero controlando, lo justo para no dormirme y tampoco pasarme de rosca. Me siento cómodo, llevo una buena respiración y lo más importante es que disfruto mucho del nado. Segundo giro pra llegar en poco tiempo al tercero y enfilar al punto de salida. El traje nuevo es una maravilla. El hombro no me molesta.
Llegamos al canal de salida, allí si se forma algo de caos porque confluye mucha gente en un espacio reducido. Hay algún golpe pero de poca consideración, otro triatleta y yo nos miramos y nos reímos...
Salgo del agua.
La gente grita y anima, la música suena.
Vuelvo a entrar en el agua a repetir la vuelta.
La primera me sale en 33', la segunda en 36'.
Salgo del agua en 1h09'. Lejos de ser un buen tiempo pero contento de haber bajado de 1h10'.
Mentalmente me digo que hay que dedicarle más a la natación, que debo esforzarme en mejorar la técnica y trabajar más la calidad en el agua.
Comienzo a sacarme el traje mientras corro hacia la carpa de cambio. De camino veo a Maricha y Mamen animando...Gracias!
Cojo mi bolsa de bike, meto el traje, espero unos segundos que se me hacen eternos a que una voluntaria me ponga crema solar y salgo como un cohete a por la bici.
Los boxes son grandes y hay que correr bastante.
Un acierto dejar las zapas en la bicicleta.
Llego a ella, me pongo el casco, me calzo y salgo pitando...
Me cruzo con Alberto. Nos animamos.
-¡Esto es el Ironman!- le grito sonriendo...


Empieza el segmento de ciclismo...


Los primeros kilómetros son vertiginosos y rápidos, hasta que salimos de Puerto del Carmen.
Ya en carretera, me tranquilizo un poco y me centro en empezar a controlar los tiempos para no pasarme ningún momento de beber.
Un motorista de la Guardia Civil se pone en paralelo y me dice: -Venga Héctor, dale fuerte!
Lo hace en varias ocasiones a lo largo de la prueba. Gracias!
Empieza la primera subida que es bastante tendida y que finaliza en una especie de puerto, el cual tras bajarlo nos lleva al primer avituallamiento.
Continuamos en un tramo de bajada hacia las Salinas, los Hervideros y el Golfo.
Paisaje espectacular y velocidad trepidante, donde ayuda el desnivel negativo. Aprovecho para meter todo el desarrollo posible y rodar rápido.
Pasado el Golfo se vuelve hacia atrás en busca de Timanfaya.
Lanzarote es una isla asolada por volcanes, los cuales se concentran en este entorno, creando un paisaje único e indescriptible. Una mezcla lunar y  marciana que puede desatar la mayor de las admiraciones o no gustar en absoluto. Es hostil 100%, pero , contradictoriamente, lleno de vida también. Una vida que desafía al fuego y a la lava retorcida.
Entro en Timafanya con muchos recuerdos a mi familia, y le dedico unos kilómetros a  Félix Buda, lo prometido es deuda.
Largas rectas y campos de lava me hacen pensar por momentos que me encuentro en la Isla  Grande de Hawaii.
Algún día, algún día….
Coronada la máxima altura del parque, empiezo la bajada, controlando pero sin temor.
A esta parte le sigue un tramo rápido que nos lleva hasta La Santa.
Me cruzo con la chica de Eneko y pasando el Club La Santa, vuelvo a ver a Mamen y Maricha animando. Otra vez gracias!
Ahora es cuando recuerdo los comentarios de Raimon sobre que era a partir de allí donde comenzaba el verdadero ascenso, empezaba pues la parte más exigente del circuito. Es cuando enfilamos dirección de Soo  para , posteriormente, descender hasta Famara , y ya desde allí, al nivel del mar y así ascender hasta Teguise. En este tramo me cruzo con Francis y charlamos un rato acerca de cómo vamos. Él va regulando porque quiere correr bien y me comenta que David va destacado a no más de 2 kms.
En ningún momento me planteo darle caza, porque en primer lugar no lo iba a conseguir, en segundo lugar yo hacía mi carrera y esta me requería prudencia en la subida que se avecinaba.
El ambiente en Teguise es una pasada. La gente en los arcenes y cunetas animando a todos los locos que pasaban por allí desafiando a la distancia. Esto hace que me sienta  en volandas y no perciba apenas  el esfuerzo realizado.
Tras Teguise sigue el ascenso hacia el mirador de Haría, donde estaba el avituallamiento especial y donde recojo otros dos bidones de alimento ya que los que portaba estaban vacíos. Si hubiera hecho los cálculos de forma concienzuda, seguro que no soy tan preciso. Bajada con curvas y disfrutando mucho, casi como cuando quitas pieles y bajas esquiando. Prosigo hacia Ye, con sus rampas potentes que me hacen ir un poco clavado a la carretera, pero que consigo superar para meterme de lleno en la subida más hermosa que proporciona la Isla, el Mirador del Río. Allí es posible contemplar todas las tonalidades posibles del color azul. 


El paisaje es sobrecogedor, imposible no subir ajeno a su belleza, para llegar hasta la cima casi sin esfuerzo. Avituallamiento y bajada hacia Arrieta, con tramos de asfalto muy rugoso que hacen que ponga todos los sentidos al 100%. Ahora el desplazamiento es en dirección Sur, por lo que el viento (del Norte) sopla a favor y ayuda a ir más deprisa.
Este tramo hasta el final es el que yo considero como más “peligroso” de cara al crono, porque el recuerdo de mi anterior experiencia me decía que fue en este donde me vine un poco abajo, o donde me relajé. Imagino que en parte por el cansancio, en parte por el peor estado de forma/experiencia.
Se que me queda la subida a Nazaret, que si bien no es excesivamente dura, si está ubicada en un tramo donde ya se llevan muchos kilómetros recorridos, y donde si has exprimido el caballo en demasía, la factura a pagar es elevada.
No es mi caso, pero subo regulando, para girar y meterme de lleno en unos kilómetros de asfalto muy rugoso (la peor parte del circuito).
Es curioso como la mente va perdiendo lucidez porque si el sentido común marca circular con precaución por esta zona para evitar pinchazos , yo trato de no perder velocidad a toda costa. Asumo riesgos que pueden dar al traste la carrera, porque un cambio de tubular en esta parte sería una auténtica fatalidad.
Kilómetro 140 y veo que me queda una hora justa para hacer 6 horas en los 180 kms, comprobando nuevamente que hay que estar muy fuerte para esas soñadas 5h30’.
Distingo a Ale y me sitúo en paralelo, parece que se siente apajarado y le paso una barrita, junto a uno de los bidones de alimento. A mi me queda un tercio del otro, suficiente para terminar.
Le digo que lo dejo, sin poder evitar el sentirme mal por ello, su prudencia y experiencia le hicieron controlar la carrera en todo momento.
Curiosamente en este punto me siento fuerte, como si sufriera una supercompensación  y aunque por una parte temo excederme en la bici y acabar pagándolo en la carrera, decido seguir con intensidad.
Última parte del circuito en la que gradualmente se pierde altura hasta aproximarnos al nivel del mar. Un tramo de toboganes descendentes y con muchas curvas que hace las delicias de cualquiera.
Me repito lo de ir concentrado.
Entro en el paseo marítimo y esprinto lo que puedo para separar el tiempo de las 6 horas, saco zapatillas y ya estoy en el suelo.
Los voluntarios cogen la bici y agarro la bolsa de run, entro en la carpa, me tomo un gel, cambio calcetos, me pongo las cholas, un poco de crema solar y a zumbar.


Empieza la maratón...


Saliendo al paseo el ambiente vuelve a ser de auténtico show, todo el mundo anima, todos te gritan y tú te aceleras. Es cuando me digo que debo dar la talla, que todo va saliendo bien y que toca bordarlo, empiezo a repetir mi mantra…: “la maratón en 3h15”.
Bebo en todos los avituallamientos y en todos me mojo, tratando de bajar la temperatura de mi cuerpo y obligándome a comer geles.
Voy bien hasta que llego al km 6 donde me regulo un poco porque voy demasiado deprisa, esto es muy largo…
Me planto en la verja del aeropuerto y se dónde está el primer punto de giro, aunque el viento del N es en contra. Intento meterme detrás de otro corredor para ir tapado, pero acabo adelantándolos.
Llegada al paseo marítimo de Playa Honda, Ya estoy aquí!, me digo, recordando que hace dos años se me hizo eterno. Antes del giro veo a David que me dice: -Venga que ya me tienes!
No pienso en ello, yo a lo mío porque en el fondo lo que me pasa es que quiero ganar a todo el mundo pero si esto sucede me siento mal.
Mientras cruzo el aeropuerto pienso que ya no vuelvo a pasar por allí, además el viento es ahora a favor y se nota, también algo más de calor.
Finalmente alcanzo a David, me dice que el pie le va doliendo bastante, siento impotencia por no poder hacer nada y se que durante sensaciones de esfuerzo, quedarte junto a alguien es contraproducente y molesta. Sigo a lo mío y me separo.
Primera vuelta en 1h38’. Yo quería hacerla en 1h20’. Cambian las prioridades y me doy cuenta que no es posible 3h15’, así que cambia mi mantra:- no desfallezcas aún. Un poco más…!
Vuelvo a llegar al punto de giro y vuelta para meta, solo queda una segunda pulsera, pero poco a poco voy perdiendo gas. No llego a notar un bajón pero si pérdida de velocidad punta. Me enfado un poco porque veo que se me escapa la carrera (qué carrera me pregunto?).
Me habré pasado en la bici? No lo se, y da igual porque es tarde para lamentaciones.
Me cruzo con Raimon y con Ale en las diferentes vueltas y ellos animan, yo solo levanto la mano, pero me cuesta decir algo.
Pulsera azul, última vuelta. Esto se acaba.
Decido bajar el ritmo de forma sustancial en los 6km de ida al punto de giro y tras este volver a meter gas.
Último giro. Quiero llegar, asi que toca no parar más en los avituallamientos, toca hidratarse en plan rápido.
Amago de calambres por debajo de los glúteos: qué coño es esto?- es que hay músculos ahí?
Subida final, zona llana y ligera bajada hasta meta. Veo el crono y una mezcla de alegría y decepción me invaden. Alegría por terminar, decepción por separarme de esas 1030’.
Los 226kms me han puesto en mi sitio.
Sería injusto martirizarse con el asunto del crono, con el hecho de haber hecho un mal papel, porque creo que no ha sido así, pero es la búsqueda de la perfección lo que nos hace inconformistas.
Tenemos algo y queremos más, tenemos poco y queremos aún menos…
Minutos después  de entrar en meta entra David ( nos fundimos en un abrazo ...10º Ironman para todo un campeón)y de forma progresiva llegan Ale, Raimon y más tarde lo harían Poty y Manolo. Cada uno tuvo su particular desarrollo de la prueba, ninguno la tuvo perfecta, y me consta que seguirán buscando dentro de si el poder superarse cada vez más.
Se ha terminado el Ironman, en esta ocasión un poco antes de lo esperado, más rápidamente de lo normal, al menos en mi caso, lo cual reporta cosas buenas y otras no tan gratificantes. Lo bueno es que mejora el rendimiento de manera progresiva, lo menos bueno que habrá que estar pendiente de cada metro nadado, cada kilómetro pedaleado y cada paso corrido, porque todo se sucede muy rápido en 10,11,12 ó 13 horas de esfuerzo. Resulta paradójico, no?
Con rapidez hubo que dejar apartamento, cargar furgoneta y casi sin darnos cuenta, volvíamos a estar embarcados y navegando rumbo a Cádiz a las 01.00 horas de la madrugada del sábado al domingo. Vaya récord!
En una cafetería del barco, vacía por lo intempestiva de la hora, dábamos cuenta de unos bocatas y demás manjares, pero teniendo la sensación de que me iba de la Isla sin despedirme de ella.
Me encantaría hacer un juicio crítico de la carrera, para ver qué salio bien y que no , aunque tendrá que esperar un poco a que rasque minutos al reloj. Escribir esta entrada me ha supuesto casi 6 días de ratos sueltos, porque el trabajo en el curro se me ha acumulado bastante, así como que ahora en casa hay que apretar las nalgas un poco más para volver a ponerse a la caña de este barco. No obstante prometo hacerlo.
Sobre lo de agradecer…, Uff! Lo hago sobremanera a todos los que me siguieron en la distancia, porque esos pensamientos para con uno, siempre son reconfortantes y te llenan de energía. Especial mención a Michel, que dio una cobertura del evento casi como si Clara y yo fuéramos pros. A mis camaradas, integrantes de esa Armada Gaditana, por los días Ironman que pasamos, los entrenos compartidos y por ese apoyo y entendimiento de esta locura que hacemos.   Como no, a Elo, Alexander y Hellen, sin ellos, el Sol no saldría por el horizonte.



El agua fría moja mis pies, en una especie de baile en el que la marea inquieta la trae y  la lleva, metiéndose por entre mis dedos, calando hasta el lugar más recóndito de mi ser. El aire es húmedo y fresco sin llegar a ser frío. Lleva sal y yodo...Espero que el Sol, al levantarse tras de mí, me muestre toda la gama de colores que el mar puede ofrecer.  Aquí estoy en la playa, esperando mi ola, mi Gran Miércoles, esa ola perfecta que me hará surfear como nadie, llegando hasta límites insospechados, hasta donde yo mismo no he estado nunca…
Sigo así, esperando mi carrera perfecta….

3 comments:

ale said...

Ha merecido la pena la espera de esta entrada. Hiciste un carrerón y lo hablé con Raimon mientras nos cruzabamos por el paseo marítimo de Puerto del Carmen.
Tu me diste un bidón y una barrita, y yo....no tenía nada que ofrecer, pero te juro que mientras te alejabas en la bici te mandé todas las energías positivas posibles para que hicieras tu carrera perfecta.
Te lo mereces¡¡¡¡¡¡¡

Anonymous said...

Muy bien Héctor , te comprendo perfectamente , has hecho una gran prueba pero esperabas más. Tranquilo k llegará , y yo estaré en esa carrera y lo veré , y lo mejor de todo es k me alegraré casi como si fuera la mía. Ya te lo dije. Te lo mereces , nos lo merecemos.
Mr Raimon

HECTOR said...

Ale, ya me has ofrecido mucho sin saberlo.
Somos egoístas porque siempre queremos más...
ESo está bien porque no buscamos algo material, sino nuestra propia superación.
Está bien siempre y cuando no nos nuble la vista y nos impida ver lo que por otra parte esta práctica nos ha dado, conocer gente increíble en un mundo cada vez más escaso de valores y principios.
Merecemos mucho si seguimos entregándonos así, lo merecemos todos.
A los dos, gracias por aceptarme en esa Armada donde los misiles no matan porque somos nosotros y nuestras piernas veloces contra el viento.